Los gobiernos mienten, ahora y siempre. Algunos lo hacen con cierta prudencia, a través de omisiones, exageraciones y medias verdades. Los presidentes solían dejarle la tarea de mentir a sus subordinados, porque los primeros no son sustituibles. Una mentira de un jefe de Estado o de gobierno descubierta provoca una crisis política mayúscula; si se trata de un ministro o portavoz, simplemente se va.
Esto cambió con la llegada a la presidencia de gente como Trump, López Obrador, Bolsonaro, Duterte y varios más. La cantidad de mentiras de Trump ha sido contabilizada y divulgada por The Washington Post; la de López Obrador por estudiosos como Luis Estrada. En el caso de México, sin embargo, se podría pensar que al igual que los tweets de Trump, las mañaneras de AMLO son pasatiempos o divertimentos; no se deben tomar muy en serio. Hay algo de razón en esto. Pero hay también un peligro. El gobierno de López Obrador miente, en asuntos sin mayor importancia, como el que reseñaré a continuación, y en otros de enorme trascendencia, como el de la vacuna. Ya no son juegos u ocurrencias de la mañanera. Son cosa seria.
Fecha: 8-dic.-20
Autor: Jorge G. Castañeda
Medio: Nexos
https://jorgegcastaneda.nexos.com.mx/?p=504
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