Una pirámide de cartón como símbolo de su gobierno. Una estructura vacía. La lucha contra la corrupción fue su bandera, pero no después de las revelaciones sobre Pío y Martín, los hermanos del presidente. Mientras no haya una explicación clara, y castigo si es necesario, este gobierno no puede hablar de combate a la corrupción.
Peor corrupción que recibir mordidas es mentir desde el poder, práctica común del presidente. Hasta junio, según la consultora Spin, el presidente habría dicho 56 mil 181 mentiras (noticias falsas o engañosas). En cierto modo, todos mentimos, pero no todos somos el presidente de la República, sus mentiras, sus “otros datos”, han quedado impunes. Hemos normalizado la mentira en el discurso público. Se pueden emitir 56 mil 181 mentiras, parado detrás del escudo de la República, sin consecuencias. Que esto sea visto como algo normal constituye un enorme retroceso en la vida pública mexicana. La degradación de la palabra, la corrupción a través de la mentira.
Fecha: 30-ago.-21
Autor: Fernando García Ramírez
Medio: El Financiero
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