México tiene un presidente enfermo.
Luego de que la semana pasada el presidente Andrés Manuel López Obrador fuera ingresado al Hospital Central Militar, la salud del mandatario volvió a ser un tema de relevancia. En el hospital se le practicó un cateterismo, y oficialmente se informó que era un procedimiento programado y que la salud del presidente es buena, aunque nuevamente la realidad contradice el discurso. Lo cierto es que un cateterismo no se le practica a un corazón sano.
En diciembre de 2013 López Obrador sufrió un infarto al miocardio. Además, en dos ocasiones se ha contagiado de COVID-19, y lo que se sabe hasta ahora es que algunas de las posibles secuelas del coronavirus afectan al corazón. El presidente presume con frecuencia una alimentación que no es apta para una persona que tiene antecedentes de padecimientos cardiacos y también padece hipertensión. El mandatario también ha requerido una intervención en los nervios del cuello por una dolencia en las cervicales, e incluso recientemente tuvo un desgarre en una pierna.
Fecha: 24-ene.-22
Autor: Alejo Sánchez Cano
Medio: El Financiero
[download id=”4902″]