El Presidente minimiza y la oposición trivializa la cada vez más evidente presencia del crimen organizado en las elecciones y en las gobernanzas locales. Ambos actúan de forma irresponsable.
El caso de Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, es paradigmático. El 4 de enero, El Sol de México difundió una foto tomada el 12 de diciembre de 2018 en una iglesia católica. Blanco ya era gobernador y aparece, sonriente, con tres jefes del narco morelense. El gobernador reaccionó denunciándolo como un “ataque de narcopolíticos” que buscaban desestabilizar su gobierno. La guerra sucia es posible porque la imagen la ofrecían a medios por 100 mil pesos personajes ligados al gobierno anterior. Luego salieron narcomantas hablando de una alianza entre criminales y gobernador y la complicidad de ambos en el asesinato de Samir Flores, ambientalista opuesto a una hidroeléctrica impuesta por el gobierno de la 4T.
Fecha: 12-ene.-22
Autor: Sergio Aguayo
Medio: Reforma
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